EL MERIDIANO DE inflexión
Quizás llega un momento en el que parece que algunos sueños se vuelven pesadillas. No sería la primera vez, aunque después resurge la oniria con sus más engañosas mieles…
A veces la erosión del tiempo y tu propia vida te colocan en otra tesitura o registro. En mi caso, adentrado plenamente en la paternidad he de decir que en algunos aspectos he cambiado, replanteando mis parámetros personales y artísticos.
Repasando brevemente mi carrera, con una maqueta de presentación, tres discos publicados, un poemario, más las giras humildes y caóticas que he acometido, he de confesar que a partir de aquí no sé bien como voy a responder ante mis viejos patrones de funcionamiento.
Mi caldera ha trabajado durante la temporada de invierno, evidentemente con sus fuegos y combustiones. No me queda otra que aguardar el buen tiempo. Quizás tenga cierta prisa, como los primeros frutales que explosionan sus flores a finales de invierno…
Me encuentro en lo que podría ser una media vida, eso si el abismo no arrebata mis expectativas. Hoy por hoy, el fuego de mis sendas bohemias en añales han sido cambiadas por pañales… Aprovechando esta incursión en los quehaceres domésticos y familiares, aprovecho para limpiar mi chimenea.
Siempre me gustó la canción de ‘Chim Chimney‘ de Mary Poppins, mucho más la versión hard y saxofónica Chim Chim Cheré de John Coltrane con su quartet. Y salvando las distancias, suelo disfrutar mucho de su melodía cuando la toco a mi rollo -con guitarra española-, a compás ternario entre folk y flamenco… ¿Por qué será? Quizás sea la victoria del establishment Disney sean cuales sean tus gustos…
En definitiva, aquí me tenéis, limpiando los conductos de mi chimenea en un meridiano de inflexión existencial. Como pirata o marinero sólo puedo decir: ¡Más Madera!!!